esa vez en París

“La Sociología de la Discoteca” nació donde nacen todas las cosas espectaculares en esta vida: París, Francia.

Érase una vez, en una entretenida noche de invierno durante un viaje a esa ciudad, cuando entre crêpes y un rechazo casi tóxico a la cidra, surgió la necesaria comparación entre la sociedad francesa y la sociedad peruana. Saltaron opiniones como jabalinas en el patio del colegio, algunas más eufóricas que otras, pero todas absolutamente válidas. Entonces –y, no es por atorrante, aunque si siguen leyendo el blog se darán cuenta que el ego y yo somos this tight–, solté uno de esos comentarios que me han valido el apodo de “Mamama” que tengo hoy en día:

–¿Alguna vez se han separado del bolondrón central del tono para observar la sociología de la discoteca? –dije junto a una movida de pelo absolutamente espontánea, pero épicamente complementaria al comentario–. ¿No se fijan en quién se jilea a quién y quién arrocea a quién? ¿Cómo y dónde se ubican ciertas personas, manteniendo bajo su mirada a muchas otras? Es interesantísimo, you should try it sometime. 

Cuarentaicinco, no, mentira, diez pares de ojos me miraron confundidos. No entendían de dónde venía ni adónde iba mi comentario, pero lo respetaron y canalizaron. 

Hoy, muchos años después del incidente de "La Sociología de la Discoteca" en ese restaurante pintoresco de París, decidí volcar todos mis análisis de la sociedad peruana y todas sus características increíbles de una manera cómica y entretenida para el gusto de los tiernos lectores que lean este tierno blog. 

Nosotros, siendo simples personas, homo-sapiens, o como quieran llamarlo, somos más interesantes de lo que creemos y de lo que leemos en libros de ficción. Si la realidad en la que vivimos no fuera tan loca y confusa, entonces nadie querría escapar de ella para depositarse en películas, series y literatura. ¿Por qué no la disfrutamos de una manera sana y amena?

Note from the author (2023)

Para conocer el post original, haz click aquí, pero no vale burlarse del UI de ese Blogspot.

En la vida de cualquier escritora existe un momento pico–un destello de empoderamiento, como una estrellita fugaz o la satisfacción de apretarse un grano correctamente en la adolescencia. No siempre te liga, pero cuando te liga, te quedas contenta aunque realmente no sepas lo que estás haciendo. Algo así me pasó a mi con la escritura, fue sin duda un ataque de impulsividad. 

Cursaba Generales Letras en la Pontificia Universidad Católica del Perú, tenía 19 años y Sebastian, mi buen amigo, me compartió un blog de un tablista que parecía saber escribir. Interesante yuxtaposición, pensé yo en el momento. Si un tablista puede relatar las aventuras del fin de semana y hacer reír a la gente, yo también puedo. 

Al regresar a mi casa esa noche, creé un blog en la plataforma gratuita Blogspot titulado “La Sociología de la Discoteca” y el resto es historia. Este fue el primer post. 

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